Miguel A. Rodríguez González
Vicesecretario Territorial del Partido Popular de Castilla La Mancha
Hace pocos días se hacía público el último barómetro de TNS Demoscopia realizado para el Grupo Antena 3 y Onda Cero, correspondiente al mes de enero. En dicho sondeo, El PP ganaría las elecciones generales con una ventaja de más de 6 puntos sobre el PSOE, si hoy se celebraran comicios.a necesita.
Vicesecretario Territorial del Partido Popular de Castilla La Mancha
Hace pocos días se hacía público el último barómetro de TNS Demoscopia realizado para el Grupo Antena 3 y Onda Cero, correspondiente al mes de enero. En dicho sondeo, El PP ganaría las elecciones generales con una ventaja de más de 6 puntos sobre el PSOE, si hoy se celebraran comicios.a necesita.
Según se desprende del sondeo, en el que se han llevado a cabo 1.000
entrevistas personales en toda España, en el caso de que ahora se
celebraran unas generales, el Partido Popular las ganaría con claridad,
al obtener un 41,2 por ciento de los votos frente al 35 por ciento que
lograría el PSOE. Los populares aventajarían a los socialistas en 6,2
puntos, una diferencia superior a la que apuntaba el barómetro del Grupo
Antena 3 del pasado mes de diciembre (5,2 puntos). Estos resultados
suponen una vuelta completa al escenario resultante en las elecciones de
marzo de 2008, cuando el PSOE superó al PP en 4 puntos.
A la vista de estos datos, no es de extrañar que algunos como el presidente de Castilla La Mancha, José María Barreda, se hayan apresurado a “soltar amarras” y en un rapto de desesperación se haya atrevido a pedir “que tras la finalización del semestre europeo, el presidente Zapatero acometa una remodelación importante del gobierno", ya que ello "sería una inflexión, un signo inequívocamente claro de que se quiere recuperar terreno y dar una respuesta".
Empiezan a surgir, por tanto, en el PSOE, voces discrepantes con el Gobierno de Rodríguez Zapatero y con las impopulares medidas que está adoptando y que se pueden resumir en el aumento galopante del déficit público y en la subida de impuestos, que está ocasionando el cierre de empresas y la destrucción de empleo, con una tasa de paro que por primera vez ha superado la barrera de los cuatro millones de parados, casi doscientos mil de ellos castellano-manchegos. Pero esas voces, como la de José María Barreda, se deben única y exclusivamente a que se ve con certeza la posibilidad de perder las próximas elecciones generales. Barreda ha escuchado claramente el ¡Vae Victis!, el ¡Ay de los vencidos! que pronunciara el caudillo galo ante las derrotadas tropas romanas y se está apresurando a establecer una clara línea divisoria entre Zapatero y él. Lo que ocurre es que la postura de Barreda no es creíble porque hasta hace muy poco, este mismo sábado en el Comité Federal del PSOE, respaldó y no discrepó con las medidas que Zapatero enumeró y para las que pidió apoyo. A Barreda le parece bien, por ejemplo, que nos suban los impuestos, a Barreda le parece bien la desaparición de incentivos fiscales como el de los 400 euros, gran promesa electoral, y que ha hecho que miles de personas en nuestro país cobren en 2010 menos que en 2009, principalmente pensionistas y rentas bajas.
Ahora que está de moda echar la vista atrás, recuerdo cuando en 1995, con la corrupción y el crimen de Estado sobrevolando y socavando los Gobiernos de Felipe González, los españoles votaron mayoritariamente al Partido Popular en las elecciones locales y autonómicas celebradas ese año, como antesala de lo que después sería la primera victoria electoral del PP al año siguiente.
En aquéllos momentos José Bono se comportó como ahora quiere hacer Barreda, distanciándose de González y haciendo creer a los ciudadanos que él no era lo mismo que González. Ahora el émulo y delfín de Bono quiere hacernos creer lo mismo: Barreda no es ZP. Pues bien, Barreda sí es ZP y es responsable, como él, del aumento desaforado del gasto público, del aumento del déficit, de la subida de los impuestos y del “pensionazo”. Y digo esto, entre otras cosas, porque Barreda tiene capacidad para tomar, en Castilla-La Mancha, las medidas que le está reclamando a Zapatero para que se produzca esa “inflexión” que desea en España, pero no en Castilla-La Mancha, por lo que se ve. Por no hablar de su más que evidente responsabilidad, “culpa in vigilando”, en la liquidación de la Caja de Ahorros de Castilla-La Mancha, aunque eso da para otro artículo.
Esta vez no nos dejaremos engañar y ataques como los que Barreda hoy ha perpetrado contra un ZP al que ve vencido, no harán que se nos nuble la visión ni el entendimiento, de forma que apreciaremos claramente que Barreda es igual a Zapatero. Que Barreda, igual que Zapatero, es sinónimo de crisis y de paro. Ahora, sólo falta que las previsibles victorias del PP en las elecciones locales y autonómicas sean, como entonces, la antesala del cambio que España
A la vista de estos datos, no es de extrañar que algunos como el presidente de Castilla La Mancha, José María Barreda, se hayan apresurado a “soltar amarras” y en un rapto de desesperación se haya atrevido a pedir “que tras la finalización del semestre europeo, el presidente Zapatero acometa una remodelación importante del gobierno", ya que ello "sería una inflexión, un signo inequívocamente claro de que se quiere recuperar terreno y dar una respuesta".
Empiezan a surgir, por tanto, en el PSOE, voces discrepantes con el Gobierno de Rodríguez Zapatero y con las impopulares medidas que está adoptando y que se pueden resumir en el aumento galopante del déficit público y en la subida de impuestos, que está ocasionando el cierre de empresas y la destrucción de empleo, con una tasa de paro que por primera vez ha superado la barrera de los cuatro millones de parados, casi doscientos mil de ellos castellano-manchegos. Pero esas voces, como la de José María Barreda, se deben única y exclusivamente a que se ve con certeza la posibilidad de perder las próximas elecciones generales. Barreda ha escuchado claramente el ¡Vae Victis!, el ¡Ay de los vencidos! que pronunciara el caudillo galo ante las derrotadas tropas romanas y se está apresurando a establecer una clara línea divisoria entre Zapatero y él. Lo que ocurre es que la postura de Barreda no es creíble porque hasta hace muy poco, este mismo sábado en el Comité Federal del PSOE, respaldó y no discrepó con las medidas que Zapatero enumeró y para las que pidió apoyo. A Barreda le parece bien, por ejemplo, que nos suban los impuestos, a Barreda le parece bien la desaparición de incentivos fiscales como el de los 400 euros, gran promesa electoral, y que ha hecho que miles de personas en nuestro país cobren en 2010 menos que en 2009, principalmente pensionistas y rentas bajas.
Ahora que está de moda echar la vista atrás, recuerdo cuando en 1995, con la corrupción y el crimen de Estado sobrevolando y socavando los Gobiernos de Felipe González, los españoles votaron mayoritariamente al Partido Popular en las elecciones locales y autonómicas celebradas ese año, como antesala de lo que después sería la primera victoria electoral del PP al año siguiente.
En aquéllos momentos José Bono se comportó como ahora quiere hacer Barreda, distanciándose de González y haciendo creer a los ciudadanos que él no era lo mismo que González. Ahora el émulo y delfín de Bono quiere hacernos creer lo mismo: Barreda no es ZP. Pues bien, Barreda sí es ZP y es responsable, como él, del aumento desaforado del gasto público, del aumento del déficit, de la subida de los impuestos y del “pensionazo”. Y digo esto, entre otras cosas, porque Barreda tiene capacidad para tomar, en Castilla-La Mancha, las medidas que le está reclamando a Zapatero para que se produzca esa “inflexión” que desea en España, pero no en Castilla-La Mancha, por lo que se ve. Por no hablar de su más que evidente responsabilidad, “culpa in vigilando”, en la liquidación de la Caja de Ahorros de Castilla-La Mancha, aunque eso da para otro artículo.
Esta vez no nos dejaremos engañar y ataques como los que Barreda hoy ha perpetrado contra un ZP al que ve vencido, no harán que se nos nuble la visión ni el entendimiento, de forma que apreciaremos claramente que Barreda es igual a Zapatero. Que Barreda, igual que Zapatero, es sinónimo de crisis y de paro. Ahora, sólo falta que las previsibles victorias del PP en las elecciones locales y autonómicas sean, como entonces, la antesala del cambio que España