Artículo de Carmen Quintanilla
22, enero, 2018.- Desde que el socialista García-Page llegó a la Presidencia de Castilla-La Mancha en 2015, sin ganar las elecciones y gracias a un pacto con Podemos, el deterioro que ha sufrido nuestra sanidad pública es, cuanto menos, preocupante.
Las listas de espera en nuestra región se han convertido en interminables hojas de un calendario que no avanza para los pacientes, que aguardan una cita médica, una prueba diagnóstica o una operación. Las salas de espera, generalmente abarrotadas se convierten en el espacio de quejas, más que justificadas, contra un servicio sanitario decadente: no existen tiempos máximos en las listas sanitaria de nuestra región.
El sistema del bienestar corre el grave riesgo de ser completamente aniquilado a mano de los socialistas, que miran a otro lado y descuidan el bien más preciado que tiene el ser humano, su vida.
Por esta razón, el Partido Popular, de la mano de Vicente Tirado, secretario general del PP en Castilla-La Mancha, ha llevado a cabo dos iniciativas legislativas a favor de una sanidad pública eficiente. Exigimos, a través de una proposición no de ley (PNL), limitar a 20 días el tiempo de espera para pruebas diagnósticas, a 30 días para realizar consultas externas y a 90 para intervenciones quirúrgicas. Además, el PP exige ante las Cortes regionales que se impulse la carrera profesional sanitaria.
Castilla-La Mancha está perdiendo a sus médicos, denostados al ostracismo profesional por el Gobierno del socialista Page. Una fuga de cerebros que pasará factura al futuro de nuestros hijos e hijas y que agrava aún más el presente de nuestras familias. De hecho, cabe recordar que en 2017 el número de empleados públicos descendió por debajo de las cifras con las que se concluyó el año 2015, cuando aún gobernaba María Dolores de Cospedal. Castilla-La Mancha podría haberse beneficiado de las ayudas que el Gobierno central ha tendido a los ciudadanos, sin embargo, tanto Page como Podemos han preferido volver la cara a los ciudadanos y ciudadanas de la región y sus necesidades escatimando en los gastos que genera la sanidad pública pero despilfarrando los presupuestos en asesores políticos.
España y su sistema de universalidad de la asistencia sanitaria ha sido un referente para la comunidad internacional. Hoy, más que nunca, Castilla-La Mancha necesita recuperar su servicio sanitario, que ha sufrido una regresión en materia de cobertura. Los castellano-manchegos merecen la restauración de unos servicios sanitarios eficientes, que las listas de espera, eternas, se reduzcan pero, sobre todo, merecen respeto y dignidad.
Carmen Quintanilla, diputada nacional del PP