Artículo de Opinión de Antonio Lucas-Torres
El problema de las listas de espera en Castilla-la Mancha es mucho más que un problema político, e incluso más que un problema social. Es el olvido por parte del Gobierno de Page del derecho fundamental que tienen los ciudadanos a una buena sanidad y, sobre todo, es dejar abandonados con su sufrimiento, su angustia y su enfermedad a miles de pacientes, muchos de ellos ni siquiera saben en la actualidad si algún día se les va a atender. Panorama donde no es difícil imaginar que probablemente a casi todos estos pacientes se les atienda tarde, a muchos muy tarde, y a algunos nunca, porque su enfermedad resolvió su historia antes que lo hiciera el sistema sanitario público.
Lo que Page está haciendo con la sanidad de Castilla-La Mancha es difícil encontrarlo en ningún otro lugar. Page es capaz de inventar, de mentir, de maquillar los datos y de engañar a la sociedad entera para dar buenas sensaciones y, a la vez, permitir y promover que a los pacientes no se les atienda. ¿Cómo se puede ser presidente de una comunidad siendo tan insensible con el sufrimiento y el dolor de tantas y tantas personas? ¿Cómo se puede engañar con la sanidad? ¿Cómo se puede hacer demagogia con los pacientes? ¿Dónde están los sentimientos de Page? ¿Tiene acaso alma? ¿Se puede ser presidente sin sentimientos y sin alma?
Pero a Page -que se había comprometido con toda la sociedad en su campaña electoral, con unos tiempos de espera en sanidad no mayores de 90 días en cirugía programada, 30 días en consultas externas de especialistas y 20 días en pruebas diagnósticas, tiempos que ratificó en su discurso de investidura- se le vio el plumero muy pronto. Y desde junio de 2015 ha estado muy claro, mes a mes, el deterioro del sistema sanitario público y el aumento de las listas de espera. Vislumbrándose desde los primeros momentos la incapacidad de sus gestores, y la poca sensibilidad y la cara dura del presidente.
Cuando la cosa se desbordó y el crecimiento de las listas de espera ya era insostenible, en lugar de poner remedios -recordemos como la presidenta Cospedal en su día, en plena crisis económica, destinó 15 millones de euros
para mejorar las listas de espera del Sescam- Page decidió manipular las cifras sacando pacientes de las listas, sin haber sido atendidos. O dicho de otra manera, riéndose de los pacientes, de los ciudadanos y de la sociedad entera. Y esa es su manera de gestionar las listas de espera.
Engañando, maquillando, no atendiendo, sacando pacientes, no dándoles citas, cerrando las agendas, cambiándoles las citas, y un largo etcétera. En definitiva, engañándoles. Y como consecuencia de todo ello somos la comunidad autónoma que peores datos tiene en la comparativa de listas de espera, y somos la región donde peor han evolucionado los datos en los últimos dos años y medio.
En Castilla-La Mancha el número de pacientes esperando en los tramos más largos de las listas de espera han aumentado desde que gobierna Page en 20.012 pacientes. En cirugía hay 10.404 pacientes más esperando más de 180 días, que los que había en junio de 2015, y 9.159 pacientes más, esperando más de 60 días, para una consulta. Los tiempos medios de espera han crecido exponencialmente, habiendo pacientes que esperan años para ser intervenidos y años para ser atendidos y revisiones a las que se pasa su fecha, y la cita no llega, y pruebas que había que hacer a los seis meses y tampoco se hacen pasado un año. Y el presidente no piensa que detrás de cada caso hay un paciente que sufre, que sufre por su enfermedad y que sufre por la angustia del no saber nada sobre su futuro.
Las lista de espera tienen que ver mucho con los profesionales y con la gestión y con cómo se distribuyen los presupuestos, y en todas estos aspectos el presidente Page se ha puesto en evidencia y ha dejado claro lo poco que le importan las listas de espera, los pacientes y los profesionales.
Precisamente, todo lo contrario al Partido Popular de Castilla-La Mancha, que a través de sus representantes en las Cortes regionales, hemos presentado recientemente una proposición de ley para garantizar los tiempos máximos de espera: 90 días para cirugía programada, 30 días para consultas externas de especialistas y 20 días para pruebas diagnósticas. Pero el presidente y su equipo, Page y Podemos, han votado que no.
Pocos días antes, desde el Grupo Popular también habíamos presentado una proposición no de ley para hacer una Auditoría de la gestión de las listas de espera y conocer con ello sus engaños, pero lamentablemente también votaron que no. Igual que sucedió con otra de las iniciativas parlamentarias del PP, en este caso a través de una proposición no de ley en la que
pedíamos la Carrera Profesional para todos los profesionales del Sescam, cuando Page y Podemos también votaron en negativo. A lo que hay que añadir, nada de mejoras en las plantillas y nada de sustituciones; lo que está llevando a un deterioro del sistema sanitario público sin precedentes en nuestra tierra.
El problema es cada vez mayor, de tal manera que en la actualidad ya no sirven los maquillajes de los meses pasados y ahora es frecuente ver agendas cerradas y como a los pacientes se les dice, ahora, que no hay posibilidad de atenderles porque las agendas están cerradas. Hasta ahora a los pacientes se les sacaba de unas listas y se las incluía en otras que no se publicaban, ahora no se publican los pacientes porque ni siquiera se les incluyen en ninguna lista.
¿Qué pasará con pacientes que padezcan enfermedades serias? Que obviamente los hay. Probablemente en algún caso no se les atenderá nunca porque tal vez la enfermedad resuelva antes su historia, que el sistema sanitario público.
Con este panorama tan desolador, señor Page, aunque solo sea por cumplir con su compromiso; aunque solo sea por demostrar que tiene sentimientos, que tiene sensibilidad hacia esos miles y miles de pacientes que esperan a ser atendidos por el sistema público; o incluso si usted quiere, aunque sea solo por cuestiones electoralistas y ahora que su presupuesto es 1.000 millones de euros mayor que en años atrás, apoye las peticiones del Grupo Popular. Diga sí a la auditoría de las listas de espera, y entérese usted mismo de lo que están haciendo; diga sí por justicia a la carrera profesional; y diga sí a la mejora de los tiempos máximos de espera, sobre todo porque detrás hay pacientes, donde además de sufrir tienen el derecho a ser bien atendidos.
Por Antonio Lucas-Torres, vicepresidente de la Comisión de Sanidad del Grupo Parlamentario Popular en las Cortes de Castilla-La Mancha