Rosa Romero Sánchez
Vicepresidenta Tercera del Congreso de los Diputados
Hoy, en el Día Internacional de la Mujer, mi primer pensamiento va dirigido a las 20 mujeres que han sido asesinadas a manos de sus parejas en lo que va de año. La erradicación de la violencia de género es determinante para caminar hacia la igualdad real entre hombres y mujeres, y ese trabajo se tiene que realizar por encima de ideologías. No podemos tolerar que la violencia de género siga cercenando derechos a las mujeres ni truncando vidas, no debemos resignarnos ni permanecer impasibles.
Tenemos que rebelarnos contra esta lacra. Se lo debemos a todas y cada una de las mujeres que la sufren en cualquiera de sus manifestaciones. Todos debemos combatir la violencia machista con todos los medios, a través de la educación y la sensibilización, trabajando en la prevención, protegiendo y apoyando a las víctimas, y mediante la labor policial y judicial de persecución y castigo de los agresores, eliminando, al mismo tiempo, datos tan escalofriantes como que la violencia machista deja huérfanos a unos 40 niños al año, seis en lo que llevamos de 2017.
Quizá llegue un día en que el mundo no celebre el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer, pero ese momento no ha llegado y para construir una sociedad justa, social y económicamente desarrollada, la igualdad plena deberá alcanzarse en todos los ámbitos: en la igualdad de oportunidades, en la empleabilidad, en el acceso al mercado laboral, en la remuneración salarial, en la maternidad y en la defensa de la conciliación y corresponsabilidad en el cuidado de los hijos y las personas mayores.
Este año se cumplen 40 años desde que 27 diputadas y senadoras fueron las primeras mujeres que, desde su trabajo parlamentario en la legislatura constituyente del 13 de julio de 1977, protagonizaron el cambio político hacia la democracia en España. Gracias a ellas vio la luz ese artículo 14 de nuestra Carta Magna, que establece que “los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.
Por eso hoy también celebramos los increíbles avances realizados por las mujeres en las últimas décadas en distintos sectores de la sociedad, desempeñando en la vida económica un papel clave por el que lucharon nuestras abuelas. Hoy, aunque los hombres siguen dominando las altas esferas ejecutivas en la mayoría de las profesiones, las mujeres en todo el mundo ocupan altos cargos en el sector privado y en la función pública.
Orgullosa por formar parte de la historia de Ciudad Real, por haber sido la primera Alcaldesa de mi ciudad, me vienen a la mente nombres de mujeres a las que admiro por su valía, por su talento y por su defensa de los derechos de la mujer: María Fernanda Prado, Ciudadana Ejemplar 2013 y primera concejala del Ayuntamiento de Ciudad Real; Ana Pastor, Presidenta del Congreso de los Diputados, o Mª Dolores Cospedal, primera Presidenta de Castilla-La Mancha, son ejemplos de mujeres que han contribuido y contribuyen desde sus responsabilidades a avanzar en igualdad, como tantas otras que luchamos por ofrecer a nuestras hijas oportunidades aún mejores que las que tienen las mujeres en la actualidad.
